Con cambio de lugar a último momento la gente fue llegando en multitud desde temprano, porque nadie quería quedarse afuera.
La organización estuvo a cargo de los pibes de la Agrupación, quienes comenzaron con los preparativos desde las primeras horas de la mañana del viernes.
Un quincho vestido de Rojoyverde impactaba a los comensales, que de a poco iban colmando los asientos.
Con una previa de videos conmemorativos proyectados en la pantalla gigante, se iba calentando el ambiente.
Apenas pasada las 22:oo horas, entre bombas, bombos, platillos y cánticos de la 14, aparecieron los mozos y se largó la cena.
Excelente la comida, en donde todos quedaron conformes, con unos pollitos exquisitos a cargo de un gran trío de asadores.
Posterior a la comida llegaría la entrada del Flaco Peña, quién se encargó de amenizar la digestión con el humor típico de Córdoba, que desopiló de la risa a los presentes.
Para el final, conjuntamente con el postre, llegaría el momento más emotivo de la noche en donde se agasajó con plaquetas a 4 personas intimamente relacionadas con los colores Rojo y Verde.
En primer lugar a los ex jugadores Miguel Matos y Delmiro Gómez, a 20 años de su llegada a la ciudad.
Luego a la incansable colaboradora y seguidora fiel de Sportivo, en cualquier lugar del país donde juegue el Lobo, Gladis Salamano obtuvo su merecido reconocimiento.
Y por último recibió su plaqueta, el queridísimo Loro Sanchez, jefe de la gastronomía del Club y dueño de miles de anécdotas en él.
El cierre estuvo a cargo de Nicolas Scarpeccio, quien en nombre de la Agrupación agradeció el acompañamiento del público presente y contó brevemente el esfuerzo y el laburo desinteresado de los pibes, que viven para el club.
Desde éste blog parte un agradecimiento especial, para Mauro Lombard, quien no dudó de brindar su colaboración para obrar de maestro de ceremonia en la cena, un capo!.
La Fiesta terminó con la 14 cerca de la salida del quincho, cantando sus temas a los 4 vientos contagiando a la gente que se prendía con las letras y lograban desprender una sonrisa en los rostros de todos aquellos que año tras años, se enorgullesen de aquel campeonato logrado y lo seguirán festejando eternamente.